Concordia

En Sinaloa, el mobiliario artesanal fusiona herencias prehispánicas y coloniales, configurando una identidad material compleja. En este proyecto me enfoco en el mobiliario de Concordia, particularmente en la silla Poltrona: una estructura sólida de barrotes torneados en madera de venadillo —Un Árbol regional conocido también como Caoba—, ensamblada con vaqueta —Cuero de res curtido de forma artesanal—. Su silueta, repetida generación tras generación, ha perdurado como símbolo de arraigo, resistencia y saber local.
La Poltrona condensa un legado formal y activa una lectura política y afectiva del objeto. Aunque asociada con fuerza, trabajo y masculinidad, en muchas casas se reconoce como “la silla de la abuela” o “de la patrona”: un espacio de autoridad femenina, memoria y cuidado. Desde ahí, surge mi obra Masculinidad en reposo, que explora cómo el mobiliario articula silencios, afectos y estructuras de poder.
En un territorio marcado por la violencia sistémica y la distorsión del deseo a través del crimen organizado, la persistencia de esta tradición artesanal se vuelve un gesto de resistencia. La Poltrona sobrevive de forma cultural, pero una parte se está perdiendo ya que el árbol de venadillo está declarado como una especie en peligro de extinción, debido al mal uso y falta de control de su materia prima. La poltrona es un archivo simbólico que testimonia la capacidad de una comunidad para sostener su identidad en medio de fuerzas que intentan borrarla o desplazarla en emblema aspiracional.